Uno de los principales desafíos de la industria de la construcción es la apropiada incorporación de las nuevas tecnologías diseñadas para brindar una respuesta integral a los problemas de diseño, estimación de costos y ejecución de una obra.
Ante este panorama, la implementación de las tecnologías BIM (del inglés Bulding Information Modeling) conocidas también como MIC (Modelado de Información de la Construcción) constituye una metodología que se pone en vanguardia permitiendo ir más allá del diseño de un plano o tener una proyección de una obra en curso.
También te puede interesar: Los modelos BIM y su alto impacto en estudios y empresas, Las ventajas más importantes del BIM.
A inicios del 2019, el 28 de marzo para ser precisos, el gobierno federal publicó su “Estrategia para la Implementación del Modelado de Información de la Construcción (MIC)” en el cual se plantea que a partir del 2023 todos aquellos sectores que lleven a cabo proyectos de obras para infraestructura pública deberán implementar tecnologías BIM.
Además, de conformidad con el mismo documento el 2021 es el último año de preparación y adaptación de esta estrategia para su aplicación en Proyectos y Programas de Inversión (PPI), Proyectos de Asociación Público-Privada (APP), algunos proyectos bajo concesiones y FONADIN.
En una entrevista al portal grupoenconcreto.com, Oscar Serrano, gerente de la marca Graphisoft en México, apuntó que:
“Los sectores de Comunicaciones y Transportes, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Turismo, Salud y Educación Pública deberán utilizar BIM desde 2022, ya que el objetivo es mejorar los procesos de desarrollo de la infraestructura pública, considerando la eficiencia de la planeación, disminución de sobretiempos y sobrecostos, así como fortalecer la transparencia y la rendición de cuenta”.
Serrano aseguró también que actualmente en México existe un 20% de implementación de tecnologías BIM impulsada principalmente por la iniciativa privada y que si la SHCP plantea su uso en obras públicas será necesaria la creación de políticas públicas y procesos.
La incorporación de estas tecnologías en el sector público supone un gran avance en materia de ahorro de los recursos públicos además de que son una excelente herramienta de transparencia y rendición de cuentas; lo que contribuye y se adapta de cierto modo a las políticas anti-corrupción del actual gobierno federal.
Sólo es cuestión de tiempo para que estas tecnologías se encuentren funcionando y eventualmente podremos ver los resultados obtenidos de su integración.
Fuentes: Grupo en concreto, El Heraldo de México, Gobierno Federal.