Desvielamiento de motor (amarre de motor)
Aquí, el motor se para por completo y no hay poder humano que haga mover tu auto, sólo con la ayuda de una grúa. La principal causa que ocasiona la 'muerte' de tu motor es la falta de aceite y se evita con afinaciones frecuentes y llevarlo a servicios automotrices con regularidad. Es importante revisar los niveles de aceite esporádicamente.
Daño de cabeza de motor (se doblan válvulas y se daña pistón)
Esto es causado por no prevenir el cambio de la banda de distribución, la cual, debe revisarse y cambiarse entre los 30 mil y 40 mil kilómetros recorridos. Cuando la banda de distribución se rompe, tampoco hay poder humano que logre que tu coche encienda.
La caja de cambios (transmisión automática)
Aquí están los cambios de las velocidades y las causas que orillan al deterioro absoluto de esta pieza es manejar un coche automático en el modo manual, dar acelerones fuertes e indebidos y por un indebido uso del frenado de motor. Cuando detectes una falla en esta pieza, acude a tu servicio mecánico de confianza lo antes posible.
Bomba de gasolina
Como toda pieza automotriz, ésta también tiene un tiempo determinado de vida. Las causas que acortan su rendimiento es dejar que el nivel de gasolina llegue siempre a la reserva, así que procura manejar con mínimo un cuarto de combustible
Aire acondicionado
Apagar el auto con el aire acondicionado prendido es de las manías que más dañan el sistema, porque, al encender el coche, el aire iniciará de jalón y el compresor tendrá severos daños.
Cabeza y juntas de motor
Aquí, el anticongelante es el protagonista de la historia pues deriva en el sobrecalientamiento del motor. Por no revisar con frecuencia el nivel del líquido ni estar pendiente de la aguja de temperatura del tablero, llegan los daños.
Discos de las llantas
El principal problema es que no se cambian las balatas cuando su tiempo de vida ha terminado, pues cuando están sumamente desgastadas comienzan a rayar el disco.
Un buen servicio automotriz y el chequeo constante te ayudarán a ahorrar una buena cantidad de dinero a la larga, pues se evitan más daños serios y costosos.
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