Al momento de realizar algún corte o perforación sobre una superficie de material metálica o de madera es posible que se generen residuos del mismo material debido al proceso industrial que se realiza.
Estos materiales sobrantes se conocen con el nombre de virutas y en la mayor parte de los casos pueden ser aprovechadas para la fabricación de otros subproductos que a continuación comentaremos.
Las virutas se pueden generar cuando un carpintero pasa un cepillo sobre el canto de una puerta de madera, pero la gran mayoría de las virutas que son posteriormente aprovechadas, son generadas en procesos industriales automatizados en los que una máquina realiza una determinada acción, generalmente de corte, sobre una superficie metálica, ya sea esta el hierro, el acero o cualquier otro tipo de metal.
En función de cómo es la forma de la viruta podemos distinguir varios tipos de virutas.
Se dan en cortes automatizados con una velocidad de corte generalmente alta. El corte que genera este tipo de virutas es el que da lugar a acabados más uniformes y de mayor calidad pero tiene el inconveniente de que al no partirse puede ser causa de un accidente o incluso interferir en el propio proceso de la máquina, por ello se deberá contar con algún mecanismo rompe virutas que vaya seleccionando ésta de cuando en cuando. Ello puede suponer un elemento que encarezca un poco el mecanismo o maquinaria en cuestión.
Para que se puedan generar este tipo de virutas es necesario que el material sea dúctil como puede ser el cobre, el hierro, el acero, el plomo o el latón entre otros.
En este caso la viruta se va cortando o fraccionando en intervalos más o menos regulares generando un residuo distinto.
Este tipo de virutas se suele dar en materiales con mayor tendencia a fracturarse y además la velocidad de corte suele ser menor. El ángulo de ataque suele ser menor, lo que daría lugar a un corte más superficial lo que también contribuye a una mayor facilidad de fractura del material.
El acabado no suele ser tan limpio como en el caso de las virutas continuas y más aún si cabe si el proceso de corte se realiza sobre materiales dúctiles lo cual suele dar lugar a superficies mucho menos lisas.
Cuando hay una velocidad de corte alta, sobre materiales blandos como pueden ser el plomo, el cobre o el estaño, es fácil que se vaya acumulando las virutas encima de la herramienta.
En muchas ocasiones esta acumulación tiene lugar generando un residuo en forma de rizos. También contribuye a su formación la utilización de determinados fluidos para corte.
Después de tener una cantidad determinada de virutas éstas pueden ser utilizadas para otras fines, por ejemplo; pueden fundirse y servir para realizar nuevas piezas de material metálico.
También te puede interesar:
Recomendaciones para quitar una viruta de metal
Otros links: Láminas y Aceros
Fuente: Tipos pro virutas