En Fermont, Canadá, se construyó un muro que divide campos helados para la civilización dedicada a la minería donde los sueldos son altos, así como las exigencias; ya que es un lugar donde el invierno se extiende por siete meses, las temperaturas descienden hasta los 40 grados bajo cero. Este muro fue planeado para resguardar a los que viven en su interior como al resto de las construcciones aledañas de los vientos del norte
El clima de Fermont Canadá es similar al de Alaska o Siberia, los pobladores viven en la zona para explotar el hierro escondido debajo de las montañas. A pesar del frío, se ofrece altos salarios para quien logre resistir el frío en medio de la nada.
La construcción de la mina de hierro de Mont Wright, comenzó a inicios de 1970 así como la del pueblo de Fermont, ubicado a 20 kilómetros de distancia de la mina. Este nombre viene de dos términos del francés referidos a lo único que hay en la zona: Fer (hierro) y Mont (monte).
Como unas tres mil personas viven en el pueblo de Fermont, Canadá, cuando recién comenzaron a llegar a la región, el único habitante era este gran muro y todo sucedía en su interior, ya que protege y marca el ritmo de la ciudad.
Este muro es un edificio arquitectónicamente único tiene 1.3 kilómetros de largo y 5 plantas , esta monumental estructura funciona como cortavientos y como edificio de usos múltiples que incorpora viviendas, hoteles, bares, restaurantes y supermercados, al igual cuenta con una escuela primaria y secundaria, su centro de salud, y hasta una piscina pública climatizada, en el interior de este muro viven los habitantes de esta Ciudad dentro de las 440 viviendas.
El muro no frena el viento, Se pensaba que la pared crearía un micro clima para protegerlos de los vientos del norte, pero los vientos dominantes son del oeste, por lo tanto, "no los protege de nada". La idea del pueblo se basa en un ícono de la arquitectura, el sueco Ralph Erskine, quien desarrolló el proyecto de una construcción sólida que se adaptara a una ciudad entera al clima ártico. Pero cuando la ciudad estaba en construcción. Por más de 30 años el trabajo que desempeñaba era de bombero, conductor de ambulancia y responsable de seguridad civil.
Nunca sabes cuánto tiempo te quedarías cuando llegas a Fermont, puede pasa el tiempo y uno se quiere quedar a vivir en The Wall para toda la vida. Ya que ahí todos se conocen y se sienten seguros y cuando se encuentran con otro habitante de lo único que hablan es de trabajo todo el tiempo. Es normal, pues todos están en Fermont por trabajo. Sin la mina, no estarían ahí, De los 2 mil 700 habitantes que hay en Fermont, la mitad trabaja para la minera ArcelorMittal. Unos son operadores de maquinaria pesada, otros son mecánicos, electricistas, soldadores, ingenieros de minas, entre varios puestos.
Para quienes viven en algunas de las casas, las bajas temperaturas y las pocas personas no tienen mucho entretenimiento en la ciudad minera. Y enfrentan algunas dificultades fuera del trabajo. Las actividades que practican son los deportes extremos en la nieve, la caza, las motos de nieve y la pesca en los lagos congelados. En los bares incluyen la rotación de personal que visita la ciudad y luego se marchan, así es la vida nocturna.
La población femenina de este pueblo son parejas de los mineros. Lo que no abunda en Fermont son mujeres jóvenes.
Fuente: milenio.com
Otras Fuentes: Laminas y Aceros