Uno de los efectos químicos más frecuentes en nuestro entorno es la oxidación en los objetos metálicos que nos rodean.
Cuando la oxidación es un problema, la pregunta que nos hacemos es: ¿se puede evitar? En este artículo te hablaremos sobre este tema en el sector metalúrgico.
La oxidación es una reacción química donde un compuesto pierde electrones. Esto se presenta cuando un metal tiene contacto con el oxígeno, transformándose en óxidos complejos, a lo que también se le conoce como capa de manchas cafés.
Esta reacción no afecta el metal a profundidad, ya que, basta con pulir o lijar dicha superficie para eliminar dichas manchas cafés. Algunas muestras de oxidación las podemos encontrar en artículos de metal, artículos viejos, carros olvidados, etcétera.
También, un punto importante a mencionar es que la oxidación es el proceso previo a la corrosión, de manera que si no se actúa a tiempo para corregir los daños superficiales causados por la oxidación, surgirán problemas mayores (corrosión).
Ahora bien, el proceso seguido de la oxidación: la corrosión.
Que a diferencia de la oxidación, la corrosión es un daño en el metal, el cual se da por distintos factores como la exposición al medio ambiente e influye en la pérdida de las características dimensionales del acero y sus propiedades mecánicas.
Esto representa un reto en el sector industrial debido a que el material y las piezas comienzan a deteriorarse, siendo más fáciles de romperse y por ende, causar accidentes.
Lamentablemente, es imposible detener la corrosión. Sin embargo, es posible retardar el proceso gracias a técnicas ingeniosas e innovadoras.
Entre los distintos tipos de metales, el hierro es el más reactivo, por lo tanto, el más propenso a corroerse rápidamente. Asimismo, los metales denominados nobles, son menos reactivos y menos frecuentes en la naturaleza, como el paladio, la plata y el oro.
Por esa razón, todos los compuestos del hierro son propensos a una rápida oxidación. Para protegerlos, algunas aleaciones como el acero inoxidable se hacen combinando el hierro con otros elementos, logrando mayor lentitud en el proceso de oxidación.
Otras técnicas no se relacionan directamente con la metalurgia interna del material, sino con la prevención por medio de herramientas y protección.
Para evitar que el daño inicie y se propague es un factor central la limpieza y mantenimiento. La humedad es uno de los mayores promotores de la oxidación, por ello es importante mantener las superficies metálicas secas.
Otro consejo es almacenar tus herramientas y materiales en lugares permeabilizados que aíslen el agua y la humedad.
Algunas opciones son:
Es muy efectivo en el mantenimiento de maquinaria en general. Utiliza grasa o aceites sobre superficies metálicas para que permanezcan lubricadas y así dejarlas lejos de los efectos nocivos del ambiente.
Se puede recubrir con pinturas especiales, preparadas a base de aceites, de modo que el metal quede siempre aislado de la intemperie.
El proceso de galvanizado consiste en recubrir el material de interés, especialmente el acero, con otro metal anódico (más susceptible a la oxidación) desde su composición, de modo que la estructura metálica que entra en contacto con el aire, el agua y otros elementos no sea el acero mismo.
Otros links: Laminas y Aceros
Otras fuentes: De acero