La mayoría de los metales que conocemos se oxidan, la plata se pone negra, el aluminio cambia a blanco, el cobre se vuelve verde y ordinariamente el hierro se torna rojo. La oxidación de los metales es un proceso químico natural que durante siglos había representado un problema para la metalurgia ya que limitaba la utilización de productos metálicos, incluido el acero, en áreas donde eran fácilmente afectados por la corrosión.
Esto fue así hasta que a principios del siglo XX el metalúrgico inglés Harry Brearley descubrió accidentalmente el acero inoxidable, un acero capaz de resistir los agentes corrosivos más agresivos y las condiciones más adversas, todo esto mientras experimentaba combinando diferentes metales para el diseño de cañones de pistola.
Para un mayor entendimiento sobre el descubrimiento de Brearley, es importante comprender qué es el acero. Pues bien, el acero es una aleación (combinación de dos o más elementos de los cuales al menos uno es un metal y se encuentra en mayor concentración) de hierro (Fe) con carbono (C) toda vez que el porcentaje de carbono se encuentre entre 0,5% y 2%.
Dicho lo anterior el acero inoxidable extra suave, es decir el tipo originalmente descubierto por Brearley, es un acero al que además de un porcentaje menor al 1,2% de carbono, le fue añadido un porcentaje mínimo del 10,5% de cromo (Cr). Actualmente se pueden encontrar variaciones con níquel (Ni), molibdeno (Mo) u otros metales aleantes.
¿Pero por qué es tan especial el acero inoxidable?
Como se menciona al principio de este Blog el acero inoxidable fue un gran descubrimiento para la rama de la metalurgia pues este material no se veía afectado por la corrosión y como se puede obviar, la clave de su resistencia a los agentes corrosivos está en el cromo.
Usualmente el hierro presente en la composición del acero tradicional se oxida formando una capa rojiza llamada “herrumbre” que va penetrando en el material hasta que finalmente se corroe por completo, no obstante, en el acero inoxidable el cromo se oxida antes que el hierro y forma una capa impermeable de óxido de cromo llamada “capa pasiva” la cual se regenera de manera natural al entrar en contacto con agentes oxidantes.
Cabe mencionar que aunque el acero galvanizado también es resistente a la corrosión, se debe únicamente a recubrimiento superficial de zinc (Zn) formada mediante el proceso de galvanización. No obstante, el recubrimiento de zinc es irrecuperable y si se ve afectado, también lo hará la resistencia del material, por otro lado, esto no ocurre con el acero inoxidable ya que lo que lo hace “anticorrosivo” es su misma composición química de modo que su durabilidad es superior en comparación al acero galvanizado. Además de la excelente resistencia a la corrosión el acero inoxidable cuenta con las siguientes ventajas:
Fuentes: Acero Inoxidable, ¿Qué es el acero inoxidable?, El acero inoxidable, un descubrimiento de lo más fortuito.