Un cable HDMI (High-Definition Multimedia Interface) que significa interfaz multimedia de alta definición, es una interfaz multimedia que se utiliza en el mundo de la computación y en ocasiones de artículos domésticos como la televisión, así mismo, existen una gran cantidad de variantes como conectores, cables, etc.
La principal función del HDMI es llevar de un dispositivo a otro el audio y video. ¿Cómo lo hace? A través de un cable. Por ejemplo, el poseedor de éste puede conectar su consola con el ordenador, la televisión con su portátil o el Blu-Ray con un proyector. La única limitación que existe es la medida del cable, aunque hay alargadores.
Las conexiones HDMI permitieron la expansión de los formatos de alta definición de audio y vídeo, facilitando la llegada de las resoluciones Full HD y 4K, así como la transmisión de todo el caudal de información necesaria para reproducir formatos de sonido envolvente. ¡Y todo desde un único cable!
Cuando vas a comprar un cable HDMI una de las primeras cosas que debes mirar, además de la longitud del cable que necesitas, es que en cada extremo lleve el tipo de conector HDMI que necesitas para conectar los dispositivos. Los cables pueden tener diferentes tipos de conector HDMI en cada extremo, pero el funcionamiento seguirá siendo el mismo ya que lo único que cambia es el formato de forma del conector, no las conexiones internas.
Otra de las funciones adiciones que permiten los cables HDMI es el CEC (Consumer Electronics Control). Esta función te permite controlar desde un único mando varios dispositivos conectados. Así, si has conectado un reproductor Blu-Ray a tu Smart TV compatible con CEC (la mayoría lo son), podrás controlar las funciones básicas de reproducción desde los botones de control que probablemente incluirá el mando de tu TV. Cada fabricante ha “personalizado” esta función llamándola de diferentes formas: Anynet+, Bravia Link, SimpLink, HDMI Control, etc.
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Fuente: xataka