Lamentablemente para el americanismo, el equipo azulcrema dio el peor de los partidos contra el Guadalajara, y decimos que es el peor por todo el ambiente de fiesta que hay alrededor de la celebración de los cien años de fundación. Motivo por el cual se tenía planeado ganar todos los clásicos y hacer más emotiva la conmemoración, pero sin duda, esta derrota es un golpe bajo a todos los ánimos que se venían dando.
Lo peor no es el resultado, sino, la forma en que se perdió, ya que desde los primeros minutos el cuadro titular no encontró la forma de cómo hacer frente a un equipo dispuesto a entorpecer la fiesta. Los del rebaño saltaron a la cancha con la inspiración de hacer lo suficiente como para arruinar lo que bien pudo ser un aniversario perfecto. Ni en sus más remotos sueños el conejo Brizuela pudo imaginar el extraordinario partido que jugo, ya que fue pieza fundamental para cortar la inspiración a la saga americanista.
Las ideas se nublaron, la magia se fue y el orgullo quedo herido. Ni el capital Rubens Sambueza, que es el jugador más intenso sobre la cancha pudo el América derribar una defensa que solo por esa noche se volvió impasable y que termino con todos los intentos por acortar el marcador, que llego a ser una losa tan pesada digna de un sueño de terror. Igual pareciera que a Paul Aguilar se le olvidaron todos esos desbordes por la derecha y en general con todo el equipo desubicado y sin las ideas de futbol era fácil imaginar un final de trajeada.
El marcado de 3-0 a favor de las Chivas es la confirmación del excelente partido que llevaron a cabo los dirigidos por Almeyda y del desastroso desempeño que tuvo el América.
Sin duda alguna el equipo americanista debe de mejorar en todas sus líneas si quiere hacer de su centenario una fiesta, de lo contrario esta celebración quedara marcada por las malas actuaciones y no lograr consumar los años de grandeza que se presume.
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