Los caracoles se remontan desde hace millones de años, los primeros caracoles tenían un caparazón blanco y desprotegido con el paso de los años diversificaron lo que los llevó a tener un caparazón duro y les sirve de protección, esto ayudó a que crecieran más de su tamaño normal.
Son criaturas que se pueden encontrar con facilidad, sobre todo en los jardines, bosques; tropicales como templados, desiertos, lagos, zonas costeras o playas. Es una especie que se ha adaptado a los diferentes lugares y tiene la capacidad de supervivencia a una amplia gama de condiciones.
Su cuerpo está conformado por tres partes: la cabeza, pie y la masa visceral. La concha que tiene la función de ser su caparazón está integrada de nácar; se trata de la capa que tiene internamente y la que tiene contacto con el cuerpo del animal. Otro elemento es el mesostraco; es una capa interna integrada de carbonato de sodio.
Existe una variedad de especies:
Otro dato importante de los caracoles es que se clasifican en dos subclases: los eogastropoda y los orthogastropoda. Estos animales se alimentan de otros seres vivos o sustancias nutritivas elaboradas por ellos mismos, depende el tipo de caracol también se pueden alimentar de algas y plantas.
Fuente: Lifeder
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