La versatilidad de los plafones los convierte en una adición esencial a cualquier diseño. Los plafones se instalan al borde interior de los techos o muros, estos suelen ser de distintos materiales como yeso, madera, PVC, aluminio y de plástico reforzados con fibra de vidrio. Aportan a la acústica y estética de los espacios, así como ocultan cables o sistemas de ventilación.
Además de que aportan un toque elegante y moderno, son fáciles de limpiar y mantener. Los plafones de fibra de vidrio suelen ser la mejor opción para no generar hongos o bacterias, lo que los hacen candidatos para hospitales o restaurantes, además de que son resistentes a químicos.
Son una opción muy buena para cualquier construcción, ya que, como mencionamos anteriormente surgen de una variedad de materiales. Por ejemplo, los plafones de yeso son lisos y uniformes, pueden usarse desde techos planos hasta diseños con molduras y arquitectónicos.
Conoce los Tipos de plafones
Es increíble ver la variedad de plafones que existen y las muchas formas de utilizarlos; están los plafones suspendidos o falsos, los decorativos, acústicos, modulares y metálicos fabricados generalmente de aluminio o acero, estos pueden tener distintos tipos de acabados y texturas, siendo una elección popular por su durabilidad, resistencia a la humedad y de fácil limpieza.
Con la posibilidad de incorporar iluminación, texturas y colores, los plafones se convierten en un lienzo en blanco para arquitectos y diseñadores, quienes pueden utilizarlos para realzar la belleza y funcionalidad de cualquier ambiente. Desde un enfoque minimalista hasta un diseño más elaborado, los plafones ofrecen la flexibilidad necesaria para personalizar cualquier espacio.
Su capacidad para integrarse con diferentes materiales y acabados permite que se adapten a las tendencias actuales, mientras que su funcionalidad práctica asegura que no solo sean estéticamente agradables, sino también eficientes.
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Fuente: Stabilit
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