El ser humano ha estado sobre la faz de la tierra desde hace mucho tiempo, y por supuesto, ha dejado evidencias a su paso que nos han maravillado a través de la historia, desde grandes esculturas hasta edificaciones u obras de arte, el ser humano se ha esforzado por dejar una huella duradera en la historia que represente perfectamente el talento, técnica o sentir que este quiera expresar.
En esta ocasión hablaremos de una proeza del ser humano que fue considerada en su tiempo la octava maravilla del mundo, la cámara de ámbar.
Primero definamos que es el ámbar; este es un material precioso cuya procedencia son los árboles como el cedro y otras coníferas es decir el ámbar es la salvia que algunos árboles secretan cuando son lastimados, este material se solidifica y a través de millones de años se convierte en un tipo de cristal, que por cierto es escaso y muy complicado de trabajar.
Fue el zar Federico I de Prusia quien encargó al escultor barroco Andreas Schülter la creación de lo que sería su orgullo y una gran muestra del poder y riqueza de su reino, la cámara de ámbar.
Se trata de una estancia conformada de intrincados paneles tallados de ámbar color miel, decorado con piedras semipreciosas sobre un fondo de pan de oro, medía aproximadamente 55 metros cuadrados y contenía la impensable cantidad de seis toneladas de ámbar.
El complicado destino de la cámara de Ámbar.
Fue bueno que el zar Federico I no vivió lo suficiente para ver que su hijo Federico Guillermo I de Prusia regalaba la cámara a el zar Pedro I el grande fijando así la alianza de sus países contra Suecia.
La cámara de ámbar entonces viajó hasta el palacio de los zares Tsarskoye Selo en la actual Rusia donde se le añadieron cuarenta metros cuadrados de ámbar, y permaneció ahí, sobreviviendo increíblemente a la revolución rusa.
Palacio Tsarskoye Selo
Sin embargo, llegó la segunda guerra mundial y los Nazis robaron la cámara durante la invasión a Rusia orquestada por la operación Barba Roja, los nazis desmantelaron totalmente la cámara en muy poco tiempo y la llevaron para armarla posteriormente en el castillo de Köninsberg Alemania, donde fue exhibida para los alemanes que asistían a apreciar los exquisitos detalles de esta proeza.
El fin de la cámara de ámbar.
En 1944 durante el verano los aliados bombardearon la ciudad y castillo de Köninsberg destruyendo completamente ambos, siendo este el momento en el que toda pista de esta maravilla desapareció destruyendo lo que durante millones de años la naturaleza creó y posteriormente el humano moldeó en una de las proezas artísticas más impresionantes que hayan existido.
Castillo de Köninsberg destruído
En el año de 2003 con motivo de la 300ª celebración de San Petersburgo se inauguró en el palacio de Catalina una copia de la cámara, esta vez, fueron usadas 8 toneladas de este material precioso en vez de las 6 toneladas originales, convirtiéndose en la habitación más cara del mundo.
Fuente: ABC ciencia
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