Nuestra vida cotidiana está rodeada de objetos realizados a partir de elementos metálicos, es por ello que resulta sumamente importante saber cómo protegerlos y evitar los oxidación o corrosión acelerada de los mismos. Todos los metales tienden naturalmente a oxidarse, y por mucho que lo intentemos, siempre buscarán su estado original en forma de óxido.
El acero lo podemos encontrar en las estructuras de nuestras casas, en carpinterías, tanto ventanas como puertas, y en otros muchos objetos dentro de nuestro hogar. Para proteger el acero existen dos posibles opciones:
-Proteger el acero con una imprimación o pintura superficial.
-Utilizar aleaciones que buscan dar una protección al metal de manera automática, y esto se consigue durante el proceso de fabricación.
Lo cierto es que todos los metales tienden a oxidarse, y si hablamos con exactitud podríamos afirmar que no existe ningún metal inoxidable, todos van a buscar siempre su estado natural, es decir, el óxido.
Quizás la única aleación que podríamos considerar realmente “inoxidable” es la del acero inoxidable, realizada con cromo, silicio y manganeso, siendo el cromo el que lo hace casi inatacable al óxido. Aún así, no todos los aceros inoxidables se comportan de la misma forma ante el óxido, así que es frecuente encontrar "elementos" de acero inoxidable que terminan adquiriendo un aspecto rojizo, sobretodo en ambientes muy húmedos.
Pero a nivel doméstico nos encontramos con muchos metales (distintos del acero inoxidable) que forman parte de las estructuras internas de nuestra casa o las carpinterías de puertas o ventanas. Por ello que debemos protegerlas correctamente para evitar acelerar su corrosión.
Cómo proteger el acero de la corrosión en nuestra casa
El método más empleado para evitar la corrosión del metal es mediante la imprimación. A nivel doméstico, si necesitas proteger o repintar cualquier estructura de acero, te recomendamos que acudas a una tienda especializada. En los aceros nuevos se suele utilizar una imprimación de plumbato cálcico para exteriores y de cromato de zinc en interiores. Aconsejamos que des varias manos para conseguir de esta forma una capa lo suficientemente resistente como para que te dure varios años.
El plumbato cálcico es una imprimación que se utiliza para hierro y el metal, incluso cuando son galvanizados, pero no para el aluminio. Si tienes que proteger una carpintería de aluminio como por ejemplo una ventana, tendrás que utilizar imprimaciones basadas en el fosfato de zinc o zinc cromado.
En un lenguaje más coloquial, si queremos proteger el acero del óxido, podemos utilizar una imprimación de esmalte. El esmalte lo puedes encontrar de distintos colores en cualquier tienda especializada y se aplica con brocha, rodillo o pistola. El esmalte no se disuelve en agua.
Antes de aplicar el esmalte es recomendable pintar la superficie con una capa protectora que suele ser de color naranja o negro, esto nos asegura una buena adherencia del esmalte y una buena protección.
Algunos trucos domésticos para eliminar manchas en los metales.
A nivel doméstico la ciencia popular utiliza una serie de trucos que nos ayudarán a proteger los metales y quitar las manchas de óxido.
Cera de abeja. Se puede utilizar la cera de abeja dejándola secar para que solidifique sobre una mancha de óxido y posteriormente espolvorearlo con sal y frotar fuerte. De esta manera conseguiremos quitar las manchas de óxido mediante la arrastre mecánico sin que se deteriore la superficie sobre la que se encuentra la mancha.
Para limpiar la plata existe un método casero muy eficaz. En una palangana coloca una lámina de aluminio en el fondo y llenarla de agua y sal. Coloca todos los cubiertos de plata en la palangana y conseguirás limpiarlos a partir de la formación de una reacción química que se produce al unir el aluminio, la plata el agua y la sal.
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