La historia de las corcholatas se remonta a finales del siglo XIX, cuando los refrescos empezaron a triunfar en Norteamérica. El uso de botellas de vidrio fue fundamental para su distribución y comercialización. Por lo tanto, para no perder la calidad de la bebida optaron por tapar las botellas con un corcho o bien como ahora lo conocemos como corcholatas.
Las tapas metálicas para bebidas gaseosas, son de aspecto importante es decir, la cantidad de PVC que lleva cada tapa metálica, el cual determina el espesor de la película que hace que la bebida quede bien cerrada. El peso de los gránulos de PVC debe estar entre 212 y 218mg.
Si el peso es menor a 212, entonces entre otras cosas, la película es muy delgada y eso puede causar fugas de gas en la bebida. En un comienzo se trataba de un disco pequeño de metal que se colocaba en la boquilla de la botella para poder sellarla.
Estas pequeñas piezas de metal que fueron muy apreciadas por nuestros abuelitos ya que con estas tapas podían jugar. Fueron elaboradas con diferentes diseños que hacen que sean muy llamativas para aquellos que les gusta coleccionarlas.
Fuente: El modo
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