La Navidad trae consigo momentos de nostalgia y felicidad, pero en general, genera un impacto positivo en nuestra mente. La convivencia con la familia, amigos y la experiencia navideña que se siente en cada lugar repercuten de forma emocional y psicológica.
Reuniones familiares y sociales.
Los mejores momentos de conexión emocional son usualmente con la familia, se fortalecen lazos y en caso de tener familia en diferentes lugares el reencuentro hace más ameno el momento.
Imagen: El Periódico
Regalos.
Sabemos que en Navidad el intercambio de regalos es tradición, A todos nos encanta recibir regalos, que representan el afecto de cada persona. Estas sorpresas le añaden ese toque emocional y de gratitud a la celebración.
Imagen: El Economista
Celebrar y descansar.
La temporada causa alegría y un descanso a la rutina diaria, se involucra ahora festejar con amigos y familia por la noche o tener a los hijos en casa por las vacaciones. Es la mejor oportunidad para disfrutar en familia y descansar de largos días de trabajo. Este tiempo se considera necesario para equilibrar nuestras emociones y recargar energías.
Imagen: El Sol de Tampico
La Navidad no es complicada, es una combinación de nuevos retos y alegría que nos llevan a querer reescribir nuestro futuro. Nos prepara para ser una versión diferente y para olvidar por un momento las dificultades de la vida.
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