Laminas y Aceros

Habitualmente, la “marea roja” se entiende como un fenómeno natural provocado por el aumento en el número de uno o más tipos de microalgas en el agua, alimento de la vida marina, como los moluscos bivalvos, que pueden ser nocivos para la salud de las personas, los que los comen. Además de las pérdidas económicas ocasionadas a las actividades acuícolas y pesqueras.

En el mar, las microalgas constituyen la base de la cadena alimentaria, ya que son el alimento principal de especies como los moluscos filtradores. Bajo ciertas condiciones ambientales, como la temperatura del agua, la salinidad y la disponibilidad de luz y nutrientes, se reproducen de forma explosiva, provocando un fenómeno conocido como proliferación de algas "floreciente", a menudo beneficioso para la vida marina.

La floración puede provocar cambios importantes en el color del agua, ya que las microalgas tienen pigmentos (que les permiten realizar la fotosíntesis), que tiñen el agua de color rojo, amarillo, verde o marrón. Por ello, a estos fenómenos se les conoce mundialmente como “mareas rojas”.

Ningún animal marino debe ser consumido aquí te mencionare algunos: ostiones, almejas, mejillones, caracoles de mar, callo de hacha, pata de cabra, pata de mula, callo de margarita, tichidas y otros moluscos bivalvos, ya que, son susceptibles a concentrar toxinas marinas. Los mariscos contaminados con toxinas marinas no presentan ninguna alteración en su color, olor o textura, por lo que sólo mediante análisis realizados en laboratorios especializados y autorizados por las autoridades competentes, se puede certificar la presencia o ausencia de toxinas en los mariscos.

Estas toxinas son muy resistentes a altas temperaturas, por lo que la cocción de los mariscos contaminados no es capaz de eliminarlas. Por esta razón, los mariscos contaminados NO DEBEN ser consumidos por seres humanos. Por estas razones, se recomienda sólo consumir mariscos provenientes de lugares autorizados y acatar las resoluciones sanitarias del Ministerio de Salud.

Fuente: Ecología verde

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