Laminas y Aceros

Desde las civilizaciones antiguas, los hombres, mujeres y hasta los niños; engalanaban sus vestimentas con finas ornamentas que venían a convertirse en accesorios que denotaban su rango, realeza o posición social.   Penachos con plumas de colores de aves exóticas;  joyas  en plata, oro y cobre; piedras preciosas como el ámbar, turquesa, esmeralda eran parte de sus accesorios.  Estos elementos combinados con sus ropajes denotaban en todo momento quién eras y qué representabas en esa sociedad. 

Tan admirables eran estas piezas que los primeros colonizadores reflejaban en sus relatos su admiración por la diversidad de colores, diseños y valores de cada una de ellas.  Y la habilidad de trabajar todos estos materiales con especial cuidado hasta lograr una accesorio de notable valor para quien lo lucía. 

Sin embargo, la orfebrería va más allá de estas civilizaciones. Estudios demuestran que desde el período neolítico, los primeros habitantes elaboraban piezas de uso cotidiano (vasijas, platos, utensilios) y personal (cetros, coronas, collares, brazaletes) con metales. El hombre usaba objetos naturales de origen mineral y animal para ornamento personal, con el fin de realzar su aspecto y su personalidad.  Empezaron utilizando huesos, dientes, conchas o caracoles o cualquier objeto que fuera fácil de encontrar en la naturaleza, posteriormente su búsqueda fue más allá, obteniendo minerales del subsuelo y en los cauces de los ríos.  Las figuras logradas representaban talismanes o simples adornos para diferenciarse de sus semejantes y de este modo se da origen a las primeros joyas.

Los primeros modelos de accesorios eran figuras geométricas muy marcadas en líneas rectas y círculos.  Con el transcurrir del tiempo se pudo notar que fueron desarrollando mejores técnicas para el manejo y diseño de estas piezas.  Descubrieron la forma de cómo mezclar materiales, el martillado, batido, cortado, acabado y chapado.

En nuestros días es muy común utilizar el acero en la joyería.  Utilizando el acero inoxidable, podemos explotar su principal característica que es resistente y duradero. Mediante el proceso que se somete el acero, se logra obtener un aspecto y un brillo similar al de la plata; sin embargo, al contrario que éste metal,  no se corroe y es más difícil que se raye o se deteriore.

Para que el acero sea considerado “inoxidable” es necesario que contenga como mínimo un 12% de cromo, ya que este elemento crea una capa superficial invisible, la cual evita que el oxígeno oxide su superficie. ¿Qué es y quién descubrió el acero inoxidable?   

Debido a  la combinación con el níquel, el acero se vuelve un material inerte, es decir, que no genera ninguna reacción en la piel de las personas ni por agentes externos. Esto implica que aquellas con alergias a los metales no presentarán problemas al usar ornamentos de este material.  La joyería creada con acero inoxidable tienen muchas ventajas. Otra que podemos mencionar es que no pierde su tonalidad, bien sea en acabado color oro, oro rosa, o plateado; su color permanecerá intacto en el tiempo.   Las piezas elaboradas con este material pueden ser utilizadas por hombre y mujeres, todo depende del giro en el diseño que se emplee al momento de su elaboración.  Se pueden utilizar diferentes técnicas decorativas para lograr el acabado perfecto: remetido, embutido, puntillado, estampado, filigrana y granaludo.  Los orfebres actuales apelan a numerosas técnicas decorativas que hoy nos permiten lucir verdaderas obras de arte.

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Fuente: MXcity.mx