Es un proyecto creado a base de una recolección de grandes cantidades de botellas de plástico la idea principal era llevar a cabo un proyecto innovador arquitectónico. El diseño y construcción estuvo a cargo de la firma JD Composites, quienes lo lideraban Joel German y David Saulnier, es una manera de convertir los desechos plásticos en una solución habitacional sostenible y ecológica.
El material principal es el tereftalato de polietileno (PET), un plástico que fue triturado y se transformó en pequeños pellets, los cuales pasaron por un proceso de mezcla con gases y se calentaron para crear una espuma expandida. Una vez que enfría se corta en paneles ligeros, con una medida de 15 cm de grosor. Estos paneles también están recubiertos de fibra de vidrio en ambas caras y protección UV.
Debido a los compuestos con los que se elaboran los paneles ofrecen resistencia al moho, la humedad y las termitas, los cuales son algunos problemas que se presentan en las construcciones tradicionales. Así mismo, este material fue sometido a pruebas de viento y se comprobó que es capaz de soportar hasta 524 km/h.
Es un material que ofrece resistencia, proporcionan un aislamiento térmico superior al de una construcción tradicional. La casa reduce la opción de calefacción o aire acondicionado, tuvo un costo de 400.000 USD. Al final de su construcción se tuvo algunos problemas para su venta por lo que se optó rentarla como Airbnb.
Fuente: Economía sustentable
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